1. La piel está arrugada
Si una berenjena presenta la piel con arrugas, su punto de maduración óptima ya ha pasado. A más arrugas, más pasada se encuentra, y más amarga será su carne. La piel de una berenjena madura debería ser idealmente lisa y firme.
2. El tallo se ha puesto color marrón
Al igual que sucede con todos los vegetales, un tallo verde significa que no ha pasado tanto tiempo desde la cosecha, y asegura el frescor del alimento. Una vez que el tallo comienza a secarse, se torna marrón, lo cual evidencia que la berenjena está poniéndose mala.
3. La piel se marca permanentemente
A medida que las berenjenas van estropeándose, su piel se arruga y al presionar la yema de los dedos, ésta deja la marca permanentemente. El opuesto, que la yema de los dedos no se marque, tampoco es deseable, ya que indica que la berenjena no está lista para ser comida.
VER TAMBIÉN: El truco secreto para elegir las mejores berenjenas
4. Posee moretones o manchas marrones
La piel de una berenjena madura debería ser lisa y firme. Una vez que comienza a estropearse, aparecen manchas marrones, o en casos más graves, agujeros en su superficie.
¿Se puede comer una berenjena pasada?
Si tras comprobar que en efecto la berenjena en cuestión se ha puesto mala y nos da pena tirarla, es posible pelarla, cortar las partes marrones y utilizar el resto. Las berenjenas pasadas (cocidas) no son tóxicas, pero su sabor es más amargo y fuerte.
VER TAMBIÉN: 3 maneras de quitar el sabor amargo de las berenjenas