El flan de huevo, uno de los postres más clásicos, no solo lleva pocos ingredientes que son fáciles de conseguir (principalmente leche con o sin lactosa, huevos y azúcar, lo que lo hace «sin gluten»), si no que también tiene un método de preparación sencillo, si es que conocemos los pasos correctos. Los consejos a continuación ayudarán a hacer el mejor flan casero, sea cuál sea la receta que se utilice.
1. Calentar los moldes previamente
El caramelo alcanza temperaturas tan altas que se sigue cocinando incluso una vez retirado del fuego, por lo que una vez que se encuentra listo, solo se disponen de segundos para verterlo en los moldes antes de que enfríe y se endurezca en el fondo de los mismos. Por esta razón, calentar los moldes en el horno previamente retrasará la solidificación del caramelo, lo que permitirá que pueda ser distribuido correctamente por los costados de los mismos. Esto facilitará el desmoldado del flan posteriormente.
Siempre recordar manipular los moldes calientes con guantes resistentes al calor.
2. No remover el caramelo
La regla número uno del caramelo perfecto consiste en no revolver la cacerola, menos con cuchara. A lo sumo darle unas vueltas desde el mango pero despacio y con cuidado. Caso contrario el azúcar se cristaliza y se endurece por completo en el fondo de la sartén.
El caramelo tiende a parecer más oscuro en la cacerola, por lo cual es conveniente colocar un poco en un plato blanco para ver su color real. Cuando adquiera un color ámbar se debe apagar el fuego ya que con el propio calor llegará a un color ámbar profundo o tostado.
3. Infusionar aromas en la leche
Si se quiere saborizar el flan con una vaina de vainilla, piel de limón o naranja, rama de canela, pétalos de flores o café, se debe infusionar la leche al momento de calentarla. Se agregan los aromatizantes a la leche hasta alcanzar el hervor, y luego se retiran con un colador.
Si se desea un sabor más pronunciado, es posible dejar reposar un rato la leche junto con los aromatizantes y recién ahí retirarlos. Luego se procede a calentar nuevamente la leche tal como indica la receta.
4. Saber si está listo el flan
Para saber si el flan está listo, se debe sacudir el molde (con guantes de cocina por supuesto), y si el centro tiembla levemente, ya ha cuajado. Si se nota líquido, dejarlo más tiempo en el horno hasta que se encuentre cocido. Si se espera demasiado y el flan ya no se mueve, se habrá cocido de más y no habrá manera de recuperarlo, por lo que una vez que esté cerca el final del tiempo de cocción, hay que prestar atención.
Otra manera de saber si el flan ya ha cuajado es colocar un palillo de madera tal como se haría con un bizcocho, y si éste sale limpio, el horno puede ser apagado.
5. Esperar para desmoldar el flan
Conocer cuándo se saca el flan de molde es indispensable para evitar que el mismo se rompa. Ni bien se apaga el horno, el flan no se encuentra totalmente endurecido, por lo que desmoldarlo en ese momento puede provocar rajaduras.
El flan primero debe estar a temperatura ambiente para poder ser introducido en la nevera hasta que esté frío. El tiempo dependerá en cada caso del tamaño del molde, ya que mientras más grande sea, más posibilidades tendrá de quebrarse, y mayor será el tiempo que se deberá aguardar. Pero como referencia, el flan debe reposar unas 6 horas en la nevera hasta estar completamente frío.
Un truco para apresurar el tiempo de espera del flan es colocar el molde de metal o silicona a baño María con agua y hielos. Se debe evitar hacerlo con moldes de vidrio ya que el choque de temperaturas podría quebrarlos.
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